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Una narración maestra de un maestro de la narración. Maupassant, tal vez hijo natural de Flaubert, pero, con todo, dignísimo epígono de su mentor o padre, se crece en las medias distancias. Nos recuerda, apreciación totalmente subjetiva, al Flaubert sumario, mediofondista, de los Tres cuentos. La presente es una nouvelle, término de mal traducir a nuestra lengua. "Cuento" no sólo tergiversa, sino que le queda pequeño, y "novela", pese a la identidad fonética, le sobra. Bola de sebo describe y cosifica desde buen comienzo a la protagonista, a su pesar. Se trata de una prostituta oronda (eran otros los cánones vigentes) que viaja en diligencia por el norte de Francia durante la guerra francoprusiana. Su pasión (nutricia, no profesional)ha previsto comida y bebida en abundancia. Sus compañeros de viaje, una nutrida representación de la dignidad republicana, no. Ninguno de ellos, burgueses pero hambrientos al fin y al cabo, hará ascos a lo que la meretriz les ofrece con un corazón acorde a sus carnes. Cuando un oficial alemán exige su sacrificio para obtener un salvoconducto, a la sociedad en miniatura no le temblará el pulso para sugerir el cumplimiento de un deber patriótico. Qué más da, si es su oficio. La hipocresía y la dignidad (falsa) viajarán, rodilla con rodilla, en la diligencia, tan incómoda como antes. Así todo vuelve a ser comme il faut, pues qué se habían pensado.
Cierto, una de las narraciones cortas más perfectas de la literatura. Has elegido muy bien, te felicito. Un dato curioso: tengo una edición muy vieja (35 pts.) con el título de "La Gordita", en vez de Bola de sebo.JC
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