domingo, 19 de septiembre de 2010

LA CASA DE LAS BELLAS DURMIENTES, DE YASUNARI KAWABATA


Si es un deleite asomarse de cuando en cuando a la literatura japonesa, uno de los mayores regalos es esta obra intensa y enigmática del maestro Kawabata, de belleza y lirismo excepcional.

El anciano Eguchi, en sus visitas a la secreta casa de las muchachas narcotizadas en busca de sueños felices y recuerdos olvidados, nos sumerge –sin darnos cuenta y a la vez profundamente- en los mundos de la vejez, la lujuria, la virginidad, el erotismo, la belleza, el deseo, la muerte. Y lo hace con tal perfección y técnica formal que nos muestra la juventud a través de la senilidad, la belleza a través de la fealdad, la vida a través de muchachas dormidas.

Por sensibilidad, inspiración, delicadeza, elegancia y sutileza, el libro de Kawabata es muy superior a Memoria de mis putas tristes, la última novela de García Márquez que se inspiraba en aquella. No hay color, exclaman coloquialmente los adolescentes al comparar. Y eso es mucho decir tratándose de otro maestro como Gabo.

1 comentario:

  1. No conozco la obra-vástago de García Márquez, cuyo nombre ya me repele de entrada por asociar el oficio más antiguo y la tristeza. Pero sí la obra reseñada. ¡Es la primera vez que mencionas un libro que conozco! De acuerdo, ya sé que no quiere decir nada, pero me hacía gracia decirlo. Un abrazo. JB

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