lunes, 10 de enero de 2011

PALABRA SOBRE PALABRA, DE ÁNGEL GONZÁLEZ


Nada mejor que comenzar un año –que se vislumbra inhóspito- leyendo (o revisitando) a don Ángel González, poeta mayor del siglo pasado y de la generación poética del 50. Su obra completa está recogida en una preciosa y precisa selección, con título de uno de sus libros míticos: Palabra sobre palabra.

Poeta de reconocimientos escasos y tardíos. Él mismo, que tuvo a gala quejarse para sus adentros, quiso de alguna manera protestar, ya casi al final: “¿Qué sabes tú de lo que fue mi vida?...”. El cantautor y poeta urbano Sabina le dedicó una canción que abundaba por ahí mismo: “… y agonizó en voz baja por cortesía”.

Poeta de tono coloquial y cercano, que cantó a la lluvia, al jardín, a los pájaros, al invierno. Aunque también al tiempo (“Mastico lentamente los minutos / -tras haberles quitado las espinas- …”) y a la desesperanza.

Poeta irónico, social, comprometido (la guerra, la solidaridad, la crítica contra el clero o la dictadura…). Y creador, a pesar de todo, vitalista. De vitalismo lento, eso sí; cimentado con gran esfuerzo. Dos de sus versos más conocidos lo certifican: “Para que yo me llame Ángel González… fue necesario un ancho espacio / y un largo tiempo”
“Mañana he decidido ir adelante / y avanzaré / mañana me dispongo a estar contento / mañana te amaré, mañana / y tarde, / mañana no será lo que Dios quiera.”

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