martes, 1 de marzo de 2011

EL MUNDO, DE JUAN JOSÉ MILLÁS


Conocido y gran articulista, irónico, de humor afilado, atento al minúsculo detalle que se les escapa a los demás, certero a fuer de valiente, que se compromete y se moja y se define, Juanjo Millás es además autor de inolvidables reportajes y entrevistas, magnífico pues en su labor periodística (hay columnas suyas verdaderamente gloriosas, perfectas, coleccionables).

Sin embargo, ay, no parece que le haya tomado el pulso a la novela a juzgar por la que le proporcionó el Planeta hace tres años, prueba también de que dicho premio (no limpio, ofrecido de antemano, que sólo –con acento- busca un nombre) no es garantía de nada. Más aún, en este caso la novela casi no lo es. Son en realidad recuerdos, escenas, anécdotas, memorias. Un relato intimista y autobiográfico de la infancia y juventud del autor: de su calle, su casa, su familia, sus vecinos… su mundo y su visión del mismo. Entrañable, sin duda, mas ¿dónde está la creación de personajes y ambientes, de la atmósfera de una novela? Aún así, siempre aparece el detalle redentor, el detalle que salva incluso a un libro menor: “El que ha tenido frío de pequeño, tendrá frío el resto de su vida, porque el frío de la infancia no se va nunca”.

Pero más que en su novela El Mundo, en el periodismo Millás sí que ha creado un mundo de trabajos y personajes interesantes.

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