martes, 28 de junio de 2011

SEDA, DE ALESSANDRO BARICCO


Sucede que a veces se llega a ciertos títulos por recomendación muy favorable y entusiasta. Sucede que se elevan enormemente las expectativas y los niveles de predisposición personal. Y sucede, con frecuencia, que la lectura recomendada no alcanza finalmente el listón colocado tan alto.

Quizá este librito no tenga porqué defraudar a quien se acerque al mismo sin prejuicios. Al contrario, al parecer es lo que llaman un long-seller, un superventas continuado en el tiempo. Y seguro que hay razones objetivas para ello. Es una historia muy light: una fábula protagonizada por Hervé Joncourt, un aventurero francés buscador de gusanos de seda. Una historieta exótica y suave, fresca diríamos, breve, lírica, casi un cuento oriental. Una historia bien contada, con palabras ajustadas, entretenida, muy poética y simbolista, llena de musicalidad. También tiene algo de libro de viajes (de Francia a Japón, vale decir de occidente a oriente, y vuelta) y de historia de amor con una carta final llena de intenso erotismo, que incluso introduce mensajes pretendidamente profundos: “Era, por lo demás, uno de esos hombres que prefieren asistir a su propia vida y consideran improcedente cualquier aspiración a vivirla”. Todos los ingredientes, en fin, para un plato muy consumible.

Pero, enlazando con el principio: uno no se atrevería a recomendar vivamente este libro, ni a lo contrario. En los silencios del relato y en los espacios blancos de sus páginas, un lector –medio- verá sensiblería y otro –por debajo de medio- trascendencia.

1 comentario:

  1. Recuerdo muy vagamente haberlo leído cuando salió, y se trata de uno de aquellos libros que no dejan casi ninguna huella. Lo más destacable: a medida que iba leyendo tu reseña, ir recordando sensaciones similares a las que describes. Baricco no es tampoco de mis preferidos. Gracias por el link de ACR. Un abrazo JB

    ResponderEliminar