viernes, 12 de agosto de 2011

ESPAÑISTÁN. ESTE PAÍS SE VA A LA MIERDA, DE ALEIX SALÓ


Dejaremos a un lado la imposición de etiquetas (¿novela gráfica? ¿historieta? ¿esperpento?...) y perdonaremos el exabrupto del título, porque al pan pan...y pocas palabras bastan.

Con todo, si el joven Saló, a quien por generación le tocaría oscilar entre nini e indignado, no hubiese dibujado este Españistán, alguien debería haberlo hecho en su lugar.

El reino que responde a este nombre goza del mejor sistema educativo de África, y el rasgo que lo individualiza, y ahí le duele, es la proliferación de hipotecas crecientes que se nutren de sueldos menguantes. ¿Y quiénes son sus súbditos? Notable e injusto contraste entre "ingenieros parias" y "chonis líderes de opinión".

Saló explica, valièndose de un dedo inteligente al que no le tiembla el pulso a la hora de hurgar en la llaga, un periplo iniciático. Un cani al que la crisis vigente ha despertado en un mundo real más duro que Matrix. Su buga tuneao no le sirve para comer. Mientras espera que lo desahucien por impago de la hipoteca, se aliena o se alimenta mirando su pantalla de plasma animada con bazofias monocordes que responden a las siglas TDT. Sin embargo, en vez de acoquinarse a verlas venir, decide deshacerse de su condena semicentenaria y plantar cara, "dando lugar a un relato plagado de tópicos, tacos y faltas de ortografía".

Reconocer los pecados atávicos de esta nuestra comunidad (sin anillo y pronto sin nada) resulta desternillante a ratos. Sin embargo, una vez evaporada la carcajada, queda el poso desesperanzado del sarcasmo. Hay que leer el relato para quemar el sobrepeso de la incertidumbre. ¿Por qué, por qué hemos pasado de un plumazo de VIPS a mindundis? Y aun más: leyéndolo, como en las bienintencionadas maratones televisivas, seremos conscientes de contra qué luchamos.

Se podría formular más alto, pero sin ese puntito de mala leche, no sería lo mismo.

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