Pocos autores gozan de tanta celebridad en vida como Roth, alabado casi siempre por la crítica y candidato en las quinielas del Nobel en los últimos años. Por algo será, aunque quizá no tanto por esta corta novela.
Aquí cuenta la peripecia de Simón Axler, un gran actor teatral que pierde su talento en la proximidad de su vejez, y eso desencadena otras tragedias: la pérdida también de su autoestima, su salud, su matrimonio. Y ese hombre antes triunfador se convierte de forma brutal en un ser humillado, hundido, que todos los días pensaba en el suicidio. Sin embargo, en un intento de recomponer su vida y recuperar su talento, apela al impulso erótico para salir de su crisis, gracias a su relación –sórdida, muy explícita- con una mujer más joven, lesbiana indecisa e inestable, con la que se plantea incluso la idea de tener un hijo. Las cosas no salen bien, los planes se truncan, él es mucho más vulnerable que ella y retorna de nuevo la humillación y la idea de la muerte.
Pues eso quiere ser la novela, una reflexión sobre el sentido de la vida, la vejez, la autodestrucción, el vacío, la muerte y el deseo erótico precisamente como fortaleza ante esa muerte.
Quiere ser.
Parece un tema recurrente en Roth. Creo recordar que "The dying animal" trataba de (casi) lo mismo. Por cierto, Penélope Cruz y Ben Kingsley protagonizan la película de este relato. No me gustaron ni el libro ni el film. A veces parece cumplirse el viejo adagio: cría fama y échate a dormir. Tengo que reconocer que al principio de leer tu reseña no me cuadraba: confundí Philip con el entrañable y dipsómano Joseph. Un abrazo. JB
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