sábado, 3 de diciembre de 2011

EL DUELO, DE ANTON CHEJOV


Tiene cierto delito que después de muchas reseñas no hubiera asomado todavía Chejov por este blog. Más vale tarde. Podría haber hecho su aparición con cualquier joya de sus más de mil relatos, que para eso es el maestro de ese género considerado “menor” por algunos que nunca lo han cultivado (están verdes las uvas).

Finalmente la obra elegida es El Duelo, uno de los cuentos más largos del gran narrador pero con la misma materia de la mayoría de sus relatos, la vida cotidiana de sus coetáneos, gentes de la clase media, en este caso un zoólogo y un funcionario, con sus miedos, deseos, debilidades. Aquí, como en La Señora del perrito, como en tantos cuentos, aparecen el amor y el desamor, la infidelidad, el fracaso, las flaquezas de los personajes y la visión moral que lo envuelve todo.

El joven funcionario Laevsky vive con su amante una relación muy criticada por amigos y vecinos. Laevsky vive de forma frívola, disoluta, sin valores. En cambio, el zoólogo Von Koren es su antítesis moral, pero también es un científico arrogante que odia al funcionario y le reta a un duelo, un enfrentamiento del que ambos salen ilesos y que es más una excusa del autor para enfrentar dos formas de vida e introducir su moraleja final: el funcionario, que pensaba abandonar a su amante, tras el duelo se casa con ella, se redime, ordena su vida. La trama es sencilla, como siempre en Chejov. Lo importante son los retratos psicológicos, muy definidos y a través de la visión de otros personajes. Y las interesantes reflexiones: “En la vida de familia, lo esencial es la paciencia. No el amor –que no puede durar mucho- sino la paciencia”. Y los finales abiertos, la permanente sensación de historias inacabadas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario