lunes, 6 de diciembre de 2010

EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO, DE VIKTOR E. FRANKL


Quizá libros como éste generaron, sin quererlo, la insufrible fiebre de publicaciones de autoayuda que nos asuela. En tal caso, una hoguera simbólica no sería mal destino para ellos. Por habernos traído el contagio de ese lenguaje de lo obvio: el amor es la mejor medicina, el optimismo genera hormonas, hablar desbloquea sentimientos… Por habernos traído pócimas caseras de salvación: cómo dejar las drogas o ganar amigos o combatir la ansiedad... Y así, cuando muchos creen haber superado una adicción gracias a la biblioterapia, acaban enganchados de por vida a los libros de autoayuda.

Pero al menos este pequeño librito esconde una considerable diferencia sobre coelhos o bucays, porque es fruto de la experiencia propia de su autor, que además tiene la elegancia de que no se victimiza a sí mismo. Víktor Frankl, judío vienés, psiquiatra y filósofo, sufrió el cautiverio de los campos de concentración nazis y de aquella vivencia personal nació su novedoso sistema psicoterapéutico, la logoterapia, que trata de ayudar a encontrar el sentido profundo de la vida, aún en las circunstancias más adversas de vacío, horror, angustia o frustración. En eso consiste su relato, de fácil lectura: una reflexión sobre las cosas que nos llevan a levantarnos cada día y la afirmación de que nada puede obligar al hombre a perder su dignidad ni libertad porque “…lo que siempre podemos es elegir la actitud”.

No estamos ante recetas de Perogrullo ni frente a metáforas de ratones que se llevan nuestro queso. Aquí la filosofía del autor camina al lado de su biografía y el resultado es respetable. La medianía literaria se compensa con su mérito de divulgación, de popularizar un interesante mensaje filosófico.

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